Cuando acumulamos leña de varios años o metemos en el leñero algún tronco que nos hemos encontrado por el campo, corremos el riesgo de que aparezca algún bichejo indeseable como la carcoma, que no es en realidad un bicho. Son las larvas de varias especies de escarabajos. 

El problema de la carmoma y las termitas es es el posible contagio al resto de nuestra leña, y peor aún a alguno de los muebles del interior de la casa.

La forma de detectarla:

  • Agujeros en la madera.
  • Montoncitos de serrín en el suelo, dependiendo del tipo de carcoma serán más o menos consistentes; los cerambícidos crean montones más gruesos ya que sus larvas son de mayor tamaño, mientras que los líctidos y anóbidos crearán montones de serrín muy fino.
  • Ruidos en la madera, provocados por las larvas de carcoma mordiendo para alimentarse.
  • En el caso de las termitas (parecidas en aspecto a las hormigas), veremos agujero, pero estará tapado con barro, ya que lo usan para sacar los excrementos, y después lo cubren.

 

La mejor arma, la prevención

  • No acumulando mucha leña de un año para otro, y comprando cuando necesites.
  • Comprando tu leña en el punto de secado justo
  • Teniendo el leñero bien estructurado, de manera que la madera esté seca y oreada.
  • Si recoges leña del campo, mantenla preventivamente alejada de tu leña, incluso metiendola en sacos de plástico
  • Si tienes leña infectada si puedes quémala aparte, en el exterior.